Nueva piedra en el zapato de Mark Zuckerberg. Después de que el mandamás de Facebook adelantara a principios de marzo que su imperio se centraría en la “privacidad”, una nueva polémica sobre sus actuaciones pone en entredicho su deseo de convertirse “en el equivalente digital de la sala de estar”. Según desvela una investigación de Reuters, la tecnológica californiana habría subcontratado en India la supervisión y etiquetado manual de publicaciones hechas desde 2004 en la red social y en Instagram.
Concretamente, según revela Reuters, desde abril de 2018, 260 empleados de Wipro en Hyderabad (India) han estado analizando de forma aleatoria actualizaciones de estado –que incluyen desde texto hasta enlaces–, fotos, vídeos y stories realizados por usuarios tanto de Facebook como de Instagram desde 2014 y en idiomas que incluyen inglés, hindi y árabe. Las publicaciones actualizadas son tanto las públicas como las privadas. Según los propios trabajadores, estarían supervisando y etiquetando en torno a unas 700 publicaciones al día, aunque la red social aseguró que el promedio era menos. También fuentes de los propios empleados aseguran que habría unas 500 personas buscando temas delicados o lenguaje obsceno en los vídeos alojados en la plataforma.
En el caso de Wipro se trataría de un contrato valorado en cuatro millones de euros y que tiene como fecha de caducidad finales de este año. Su labor consiste en categorizar cada publicación según cinco parámetros: qué se muestra, ocasión –si es una actividad diaria o un evento importante–, si hay elementos expresivos –pensamientos, opiniones o sentimientos–, intención del autor y la configuración del post. Cada elemento va a dos personas que lo etiquetan para verificar la precisión, y hasta a un tercero si no están de acuerdo. Este trabajo, según ha confirmado el propio Facebook, estaría dirigido a comprender cómo están cambiando las publicaciones y en desarrollar nuevas funciones.
Este proyecto es sólo uno de los 200 que el imperio tecnológico tiene externalizados por el mundo, varios de ellos en otros países en vía de desarrollo o con sueldos bajos como Rumanía o Filipinas. El objetivo es generar datos con los que “entrenar” al software de inteligencia artificial que posteriormente analiza los contenidos que se van subiendo a la red social, para que aprenda a interpretar mejor su significado.
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