Los pasados días 18, 19 y 20 de septiembre se celebraron en La Noria las jornadas #Innoria: Juventud, tecnologías e inclusión social, desarrollo a través del acceso abierto.
El evento, organizado por la Diputación de Málaga en colaboración con Obra Social La Caixa y la Universidad de Málaga, reunía a representantes de proyectos empresariales innovadores que se están desarrollando actualmente en diferentes puntos de nuestro país, dirigidos tanto a los jóvenes como a los colectivos sociales más desfavorecidos, y también de iniciativas empresariales basadas en la sostenibilidad y el concepto de propiedad compartida o procomún.
A éste último tipo pertenece guifi.net, el proyecto liderado por Ramón Roca, el ponente con el que comenzaron las Jornadas. Guifi.net es una red de telecomunicaciones ciudadana: abierta, porque los datos de configuración de la red son públicos; libre, porque carece de restricciones (incluyendo de tráfico) y neutral respecto a los contenidos, que pueden ser de acceso a Internet, de conexión entre sedes o de cualquier otro tipo. Los usos posibles son enormes, desde usuarios que quieren compartir el coste de su acceso a Internet y empresas que conectan sus sedes o las mantienen bajo videovigilancia a Ayuntamientos que, mediante la instalación de antenas, consiguen dar cobertura de banda ancha a propiedades rurales dispersas geográficamente.
La segunda charla corrió a cargo de Alexandra Haché, socióloga y doctora en Economía Social que recientemente ha realizado un estudio sobre la relación entre inclusión social y nuevas tecnologías. Una charla muy interesante sobre las que podrían ser las medidas más necesarias para favorecer el tecnoemprendimiento y la economía basada en la innovación y la creatividad. A destacar la idea de base de romper con el perfil emprendedor del joven blanco universitario que tiene un proyecto genial y lo desarrolla y dedicar más atención a instituciones que suelen ser invisibles para la Administración, como emisoras de radio y televisión comunitarias, redes ciudadanas o escuelas y colectivos que fomentan la inclusión digital, y proporcionar más ayuda a los llamados “emprendedores”, que seguimos encontrando grandes obstáculos.
Tras su ponencia, Alexandra dio paso al Panel de proyectos, en la que participaron cinco invitados.
El primero fue José Laulhé, arquitecto malagueño perteneciente al Fab Lab Sevilla que acaba de montar junto a otros compañeros Commonfab, que a su vez gestiona Ehcofab, un laboratorio de fabricación digital. Se trata de un espacio dotado del personal especializado y de la maquinaria adecuada para diseñar y fabricar prototipos digitales y donde también se facilita el asesoramiento que sea necesario a las personas que tengan un buen diseño y no puedan hacerlo realidad.
Después fue el turno de Tomás Tamayo, que nos explicó en qué consiste la Basque Open Source Ecology , asociación cuya misión es: “Aplicar el Open Hardware a las necesidades del primer sector con el objetivo de demostrar la viabilidad de nuestra propuesta, y crear un ecosistema laboral sostenible de personas, comunidades y entidades basado en el conocimiento libre.” En otras palabras, pretenden crear una economía de código abierto en sectores agrícolas o de fabricación, diseñando y creando hardware y formando equipos humanos que conformen comunidades sostenibles y económicamente viables hasta su completa autogestión.
Eva Calavia, de Cooperativa Tangente/Dabne, además de una persona encantadora es psicóloga social y nos habló de su Escuela de Cooperación y Emprendimiento en Rivas-Vaciamadrid, una cooperativa para un grupo de mujeres en riesgo de exclusión social que trabaja desde el empoderamiento para conseguir su autonomía a través de la tecnologías. Han creado “un espacio seguro que permite aumentar la viabilidad de los proyectos”.
Continuamos escuchando al malagueño Adán Sánchez de Pedro, que nos explicó cómo funciona su empresa, Waalt.com, formada por un grupo de ingenieros informáticos que dedican el 60 % de su tiempo a elaborar aplicaciones a medida para otras compañías como medio de financiación para su proyecto de software libre, Loqui, un programa de chat que funciona en cualquier dispositivo y con todos los sistemas operativos, al estar desarrollado totalmente en HTML5 y Javascript. Además es gratuito y no tiene publicidad.
Para terminar la sesión matinal, Rafael Urquiza, también arquitecto, nos presentó Lem3A, una propuesta de tecnología llevada al diseño y nos habló de la necesidad de someter a la arquitectura a una interpretación bioclimática que permita, al analizar minuciosamente el entorno, aprovechar mucho mejor los recursos naturales disponibles reduciendo drásticamente el impacto ambiental.
Una mañana muy interesante. Es ilusionante comprobar que todos estos proyectos son reales, se están desarrollando con éxito y tienen una base de innovación social que fomenta el emprendimiento, la colaboración ciudadana y la sostenibilidad. ¡Y no habíamos hecho más que empezar!