A pesar del lógico hermetismo que rodea a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en los últimos años la agencia de espionaje más famosa del mundo ha potenciado su presencia en las redes sociales, una misión compleja debido a un secretismo que su equipo de comunicación sortea con lecciones de historia y sentido del humor.
“Una de las dificultades es que no podemos hablar de asuntos actuales -no vamos a comentar una operación en marcha- así que llegamos a la conclusión de que hablar de hechos históricos nos permite abordar cuál es nuestra misión”, explica a Efe Amanda, responsable de las redes sociales de la Agencia Central de Inteligencia.
Amanda, que por razones obvias prefiere no revelar su apellido, se incorporó a la CIA hace casi nueve años y desde hace unos cinco forma parte del equipo de comunicación de la institución, un puesto que le ha permitido ser testigo de primera mano de la inmersión de la agencia en el mundo digital.
Las redes sociales
La apuesta de la CIA por las redes sociales experimentó un auténtico boom en 2014 con la aparición de sendos perfiles en Facebook y en Twitter, y vivió su último capítulo en abril, con la creación de su página en Instagram.
Su primer mensaje en la red de los por entonces 140 caracteres, publicado el 6 de junio de 2014, fue un claro guiño al tono que se podía esperar de esta agencia de espionaje en las redes sociales: “No podemos confirmar ni tampoco desmentir que este sea nuestro primer tuit“.
Amanda se aferra al lema “no oficial” de la agencia: “Compartir lo que podemos, proteger lo que debemos”. Ante semejante nivel de confidencialidad, cabe preguntarse por qué la CIA ha decidido exponerse al escrutinio del público. “Uno de nuestros principales objetivos es ganarnos la confianza del pueblo estadounidense para que la gente confíe en nuestras evaluaciones, en nuestros juicios y en nuestra información”, detalla Amanda. Además, ahonda la funcionaria, la CIA ve en las redes sociales una herramienta especialmente útil para el reclutamiento de nuevos talentos.
“Nos hemos dado cuenta -agrega- de que uno de los principales obstáculos para la CIA es que la gente no se imagina a sí misma aquí. Se hacen una imagen de un trabajo tipo James Bond, y la CIA no es eso”.
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