Cadena de favores

FavoraliaEl título es de una película del año 2000, pero yo voy a hablar sobre una red social, eso sí, esa red social se llama Favoralia y está basada, igual que la película, en el intercambio de favores sin el uso de dinero.

El funcionamiento es muy sencillo, sólo hay que inscribirse y ofrecer un favor, con lo que ya de entrada se ganan cuatro puntos, y con esos puntos ya se puede pedir alguno de los favores disponibles.

Estos favores que otros usuarios se ofrecen a realizar pueden ser de dos clases: los online, como por ejemplo asesoramiento para cuidados de la piel, conversación en inglés, clases de cocina, trucos de costura o consejo legal, y los presenciales, como clases de idiomas, cuidado de niños, pasear a tu perro o ayudarte y acompañarte a hacer la compra, chapuzas o montaje de muebles. Incluso hay una persona desempleada que se ofrece a ayudar en cualquier cosa por disponer de mucho tiempo libre.

Tanto para los favores online como para los presenciales se puede contactar con los usuarios para concretar fecha y hora, duración y cuantos más detalles mejor.

La satisfacción del beneficiado permite conseguir los puntos solicitados, con los que se pueden conseguir favores más complejos, valorados con más puntos.

En el caso de la provincia de Málaga el favor más “caro” que he encontrado es un tratamiento de moxibustión, una terapia de la medicina oriental, valorado en diez puntos, la misma cantidad por la que en Madrid se pueden conseguir dos abonos para el Atlético de Madrid. Por cinco se puede optar a una limpieza dental y por seis a clases de conversación en francés o a un corte de pelo. En Barcelona por seis puntos te reparan la dentadura (espero que la postiza) o te vigilan tu negocio, mientras que por ocho hay consulta de psicoterapia desde la bioreprogramación.

Sobre las valoraciones y el cumplimiento por parte de los usuarios, dicen confiar en la buena fe, pero en caso de duda (si alguien dice haber hecho el favor pero el beneficiario lo niega o no quiere valorarlo), se reservan el derecho de expulsión.

En definitiva, me parece una interesante iniciativa basada en la idea de los bancos de tiempo, que tiene detrás a una empresa española, Mercado de Favores, S.L., y a sus tres socios, Edu R., Octavi U. y Edu L.

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